Las redadas vuelven a los campos de Estados Unidos y esta vez no dejan ni espigas.
Las deportaciones masivas impulsadas por la administración Trump han puesto contra las cuerdas a miles de agricultores estadounidenses. Las redadas del ICE han vaciado ranchos, obligado a cerrar operaciones y reducido drásticamente la producción en regiones agrícolas clave.
El fenómeno, reportado por El Financiero, revela que el discurso antiinmigrante de campaña se ha materializado en operativos brutales que no distinguen entre trabajadores esenciales y supuestos “criminales”. ¿El resultado? Campos paralizados, frutas pudriéndose en los surcos y empresarios agrícolas pidiendo a gritos lo que antes repudiaban: migrantes.
“Muchos ya están recortando hectáreas y otros de plano no van a sembrar”, declaró Manuel Cunha, presidente de una asociación agrícola en California. Aunque algunos se lo tomaban a la ligera, las políticas de Trump no vinieron a construir muros: vinieron a desmantelar cosechas.
Y como siempre, los más afectados no tienen derecho a quejarse… porque ya fueron subidos a una patrulla migratoria.
Diccionario Peste: “Ahorcar al campo”
Expresión usada cuando una política pública aprieta el cuello de la economía rural hasta dejarla sin oxígeno… ni mano de obra.



