Cuando una mujer latina llamó al 911 para reportar violencia doméstica, jamás imaginó que terminaría arrestada por la misma policía que supuestamente debía protegerla. El caso ocurrió en Houston y ha encendido la indignación entre defensores de derechos civiles, especialmente en comunidades migrantes que ya desconfían del sistema.
Según reporta La Voz Houston, la mujer —cuyo nombre no fue revelado— llamó a las autoridades tras ser víctima de agresiones por parte de su pareja. Al llegar los oficiales, en vez de enfocarse en el agresor, detectaron que ella tenía una orden migratoria pendiente… y procedieron a detenerla.
Para muchos en la comunidad, esto es una traición directa a la confianza mínima que aún quedaba en las autoridades. “¿Cómo esperan que una mujer en peligro busque ayuda si lo primero que hacen es revisar su estatus migratorio?”, expresó una activista local.
El caso pone de nuevo sobre la mesa una dura realidad: muchas mujeres latinas viven atrapadas entre el miedo a la violencia y el miedo a ser deportadas. El dilema no es menor. Entre proteger su vida o proteger sus papeles, muchas se quedan calladas… hasta que es demasiado tarde.
Organizaciones de defensa de los derechos humanos y de mujeres migrantes ya están movilizándose para exigir protocolos más humanos y garantizar que reportar un crimen no sea una sentencia migratoria. Porque nadie debería ir a la cárcel por atreverse a pedir ayuda.
Y tú, family… ¿cómo podemos protegernos entre nosotros cuando el sistema parece jugar en contra?
								
															


