En pleno 2025, en la gloriosa institución de salud pública que tanto amamos (cuando no nos falla), se vivió otro episodio digno de un capítulo de The Walking Dead, pero versión mexicana: sin luz, sin aire, sin esperanza… hasta que alguien, en un acto casi heroico, decidió prender la planta eléctrica de emergencia. Qué ganotas de eficiencia.
El Hospital Morelos del IMSS en Chihuahua quedó a oscuras, en pleno siglo XXI, porque claro, ¿quién necesita electricidad en un hospital, verdad? Entre monitores vitales sin chispa y elevadores más estáticos que funcionario en viernes, el personal médico y los pacientes vivieron una jornada que nos hace cuestionar si estamos en un hospital o en un simulacro de desastre natural.
Pero no teman, ciudadanos. La planta eléctrica —esa a la que nadie le daba mantenimiento pero que milagrosamente sí jaló— entró en acción “de inmediato” (según el parte oficial). Qué bueno que aún no le roban el diésel.
Desde el IMSS aseguran que todo fue “una interrupción en la red externa de CFE”, como si eso fuera consuelo para los que estaban a mitad de una operación o esperando su hemodiálisis. En serio, alguien dígale a CFE que no está jugando con licuadoras, sino con vidas.
Y para ponerle cereza al apagón, la peor pesadilla de España se cumplió en Chihuahua: quedarse sin luz a plena luz del día. Solo que allá fue noticia internacional y acá… bueno, acá es martes.
Y como era de esperarse, el IMSS aprovechó para presumir que activaron su protocolo de emergencia. O sea, encendieron un generador y dijeron: “¡listo, cumplimos!”.
En resumen: regresó la luz, pero no la vergüenza.



