La Vía Corta a Parral, esa autopista que promete ahorrarte tiempo pero que cada semana coquetea con la muerte, volvió a cobrar factura. Esta vez, el saldo fue una mujer sin vida y varios heridos, luego de que un vehículo compacto color dorado se volcara brutalmente a la altura del kilómetro 38.
Era domingo por la tarde, de esos en los que la gente suele andar más relajada, pero en ese tramo maldito no hay paz que dure mucho. Según testigos, el auto iba a exceso de velocidad, y terminó con las llantas al cielo y el interior convertido en chatarra. La mujer que falleció salió proyectada del vehículo y su cuerpo quedó a varios metros.
Paramédicos, Guardia Nacional, policías municipales y personal de la Fiscalía llegaron a hacer lo de siempre: tomar fotos, acordonar con cinta amarilla. A los lesionados los trasladaron al hospital, algunos en estado grave.El accidente en la Vía Corta vuelve a poner sobre la mesa una realidad que durante años ha sido ignorada: esta carretera necesita atención urgente. No es la primera vez que un tramo en mal estado, la falta de señalización o el exceso de velocidad se combinan en una tragedia. Y lamentablemente, si no hay un cambio de fondo, no será la última.
En este contexto, resalta el nombre del recién electo juez Manuel Jurado, quien durante años, incluso antes de ocupar un cargo formal, ha impulsado acciones legales y promovido amparos en busca de mejorar las condiciones de esta vía. Su cercanía con la región y su conocimiento del abandono sistemático que sufre la carretera han sido constantes en su trayectoria.
Con su llegada al Poder Judicial, muchos ciudadanos albergan la esperanza de que su voz, ahora desde una posición institucional, pueda contribuir a que el gobierno federal finalmente destine los recursos necesarios para rehabilitar el tramo. Porque más allá de cifras o promesas, lo que está en juego son vidas.
Cada accidente que ocurre en esta carretera debería ser un llamado urgente a la acción. Ojalá que este nuevo capítulo en la gestión pública marque la diferencia, y que no tengamos que seguir lamentando más muertes para que alguien decida intervenir con seriedad.
Porque si hay un tramo en este país que se ha ganado su lugar como símbolo del caos, es la Vía Corta a Parral. Y mientras nadie haga nada, seguirá siendo la ruta más eficiente… hacia el panteón.
								


