Un operativo masivo en Houston terminó con 41 personas arrestadas, cientos de armas decomisadas, drogas por todos lados y —créelo o no— hasta dos cocodrilos. Todo esto como parte de la guerra contra una red criminal conocida como el grupo “Anti Tren”, que operaba principalmente en el lado norte de la ciudad.

La Fiscalía del Distrito Sur de Texas anunció los resultados de una investigación que duró meses y que involucró a más de 200 oficiales federales y locales. El golpe fue contundente: 118 cargos federales por distribución de cocaína, heroína, fentanilo, metanfetaminas y posesión de armas ilegales. Entre los arrestados, muchos con historial criminal, pero también otros que apenas estaban siendo reclutados en los barrios.

Lo que más ha causado impacto en la comunidad es el nivel de violencia y organización de este grupo. Según las autoridades, el “Anti Tren” no solo distribuía drogas, sino que también se dedicaba a controlar zonas enteras con amenazas, armas automáticas y presencia constante en redes sociales.

Y sí… durante los cateos en algunas casas encontraron hasta dos cocodrilos usados como símbolo de poder e intimidación. Un nivel de locura que ya parecía sacado de una serie de Netflix, pero que está pasando justo aquí, entre nuestras calles, nuestros vecindarios, nuestros hijos.

Muchos paisanos que trabajan duro y viven en estas zonas temen verse envueltos en redadas o confusiones, especialmente si no tienen papeles en regla. Pero también hay una sensación de alivio: por fin se está haciendo algo serio contra quienes envenenan a la comunidad y convierten la vida en una guerra diaria.

Houston no se rinde. Y aunque el problema es grande, el mensaje está claro: la ciudad está mandando una señal fuerte. Aquí se vive con esfuerzo, no con miedo.