A ver, compa: ¿ya hiciste tus taxes? ¿Pagaste la traila? ¿Le mandaste a la doña para el gasto? Bien. Pero te falta algo más importante… algo que ni el IRS te va a recordar: dejar todo en orden por si un día ya no estás.

Y sí, ya sabemos que nadie quiere hablar de eso. Pero aquí entre paisanos, la muerte no espera a que te organices. No te avisa si va a caer en lunes o en quincena. Y tú, que estás allá en El Paso también tienes derecho a que tu familia no cargue con más de lo necesario cuando llegue ese momento.

Lo que muchos no saben es que ya se puede dejar pagado un espacio funerario desde Estados Unidos, sin volar, sin notarios, sin broncas. Todo en línea, todo legal, todo bien clarito. Y lo mejor: en uno de los cementerios más modernos y dignos de todo Chihuahua.

Se llama Lux Nostra, un parque cementerio ubicado en la capital del estado. Pero no te imagines tierra seca ni lápidas chuecas. Este lugar parece más un jardín americano que un panteón tradicional: árboles, bancas, andadores amplios, arquitectura con cariño y sobre todo, respeto. Como dicen allá: clean, nice and peaceful. Pero con alma mexicana.

Y si estás pensando “nah, eso es pa’ ricos”… ¡Nel! Lo que cuesta una ida al Golden Corral con la family —una vez al mes— es lo que te sale tener un espacio tuyo, seguro, bonito, y que no deje deudas ni angustias. Porque morir sin plan puede salir carísimo, y en dólares.

Detrás de esta propuesta están Miguel y Jacob Garay, dos chavos que crecieron entre funerarias, pero con otra mentalidad. Hijos de empresarios con años en el gremio, entendieron que los paisanos necesitan algo más: confianza. Que no nos vean la cara, que no se aprovechen del dolor, que no todo sea letras chiquitas. Por eso hicieron todo accesible desde el celular. Apartas tu espacio, firmas desde allá y te llega todo con validez legal en México y en Estados Unidos. Así de fácil.

Porque sí, primo. También desde allá se puede dejar paz. Y cuando uno ya no esté, lo más fuerte que puede dejar… es orden. Orden que no pesa, que no duele, que no deja líos. Una última decisión que habla de amor, aunque ya no estés para decirlo.