Nota:
Ni la Vía Corta a Parral ha visto una curva tan peligrosa como la que está tomando el conflicto en Medio Oriente. Irán lanzó un ataque directo contra una base militar estadounidense en Siria, encendiendo todas las alarmas del tablero internacional. Israel se declaró en alerta máxima. China y Rusia levantaron cejas (y arsenales). Y el resto del mundo, bueno… ya sabe qué hacer: correr al súper y comprar todo el papel de baño posible.
Porque si algo nos enseñó Chihuahua en sus días de pánico pandémico, es que en momentos de crisis internacional, la prioridad número uno no es el agua, ni la comida, ni el pasaporte… es el papel de baño. Aquella vez desapareció más rápido que las promesas de campaña.
Y aunque este conflicto no empezó en Soriana ni en el Congreso, las consecuencias sí podrían sentirse hasta el fondo de nuestras alacenas. Mientras las grandes potencias hacen malabares con amenazas, despliegues militares y discursos diplomáticos cargados de “profunda preocupación”, el ciudadano común ya sabe: si esto escala, va a oler feo. Literal.
Prepárese. No porque se venga el fin del mundo, sino porque si el mundo sigue como va, mínimo le toca vivirlo con el trasero limpio. Cha chau.
