Marvel, ese laboratorio de fórmulas gastadas y cameos reciclados, acaba de hacer lo más Marvel que podía hacer: confirmar la secuela de Los 4 Fantásticos antes siquiera de estrenar la primera. Así, sin vergüenza, sin pudor y sin esperar a que la gente decida si el reboot es otra joya o simplemente otro trapo mojado con nostalgia.
La primera entrega, titulada First Steps, llega en julio, pero los ejecutivos ya miran con hambre hacia 2028, donde han reservado lugar en su altar de estrenos para la segunda parte. Porque si algo ha aprendido Marvel es que no importa si te gusta la película o no, igual vas a verla. Y si no vas, igual ya vendieron tu entrada con el paquete de expectativas.
Pedro Pascal como Reed Richards, Vanessa Kirby como Sue, Joseph Quinn como Johnny Storm y Ebon Moss-Bachrach como Ben Grimm: un casting de manual, perfectamente calculado para complacer a todos, sin arriesgar nada. Pero ojo, esto no es una historia aislada. Según Kevin Feige, el plan es usar esta nueva familia disfuncional como la bisagra que conectará Avengers: Doomsday y Secret Wars. Porque todo en Marvel ahora es puente, nunca destino.
Lo interesante es que ya no hacen películas. Hacen pasos. Cada cinta es “el principio de algo más grande”, pero nunca el clímax. First Steps no es un título: es una advertencia. Porque cuando por fin lleguemos al “gran final”, llevaremos quince años caminando en círculos.
La Peste opina:
Marvel planea el futuro como si la paciencia fuera infinita. Pero cuidado: hasta los fans más fieles se cansan de caminar… si nunca llegan a ningún lado.



