En 2002, Danny Boyle firmó una película que parecía salida de una pesadilla grabada con una handycam prestada. 28 Days Later no solo reventó las reglas del cine de infectados, también nos enseñó que lo sucio, lo barato y lo caótico podían ser profundamente aterradores. Veintiocho años después, regresa la peste… y esta vez, con iPhone.
28 Years Later mantiene la esencia: nada de glamour postapocalíptico, ni efectos visuales para presumir presupuesto. Al contrario. Boyle elige nuevamente una estética cruda, mal iluminada, y hasta incómoda. Parte de la cinta fue filmada con celulares, no como truco de marketing, sino como una continuidad visual lógica: esto no se ve bonito, porque lo que cuenta no lo es.
El caos, versión de alta fidelidad
La historia nos lanza de nuevo al desastre, pero con nuevas capas de enfermedad. La narrativa es más oscura, más simbólica y más ambiciosa. Lejos de reciclar lo anterior, la película propone un mundo más fragmentado, donde el verdadero peligro ya no siempre corre, pero sí observa.
Visualmente, es una mezcla entre documental de guerra y pesadilla viral. Hay momentos donde uno duda si está viendo cine o una transmisión prohibida desde algún rincón olvidado del planeta. Y eso, lejos de ser un defecto, es lo que la hace tan inquietante.
Boyle no dirige una secuela. Ejecuta una autopsia
Lo que distingue a esta entrega es su disposición a incomodar. El horror aquí no es solo físico, sino también moral. La película se atreve a plantear preguntas, a dejar silencios largos, y a recordarnos que el verdadero contagio no siempre viene de un virus.
Es una experiencia amarga, sombría, y sí, bastante valiente. Porque no intenta complacer al fan de nostalgia ni reinventar la rueda. Solo continúa el legado, con una cámara más moderna y una visión igual de contaminada.
La Peste opina:
28 Years Later no es solo otra película del montón. Es el regreso de una plaga que aprendió a mutar con el tiempo, que se volvió más reflexiva, más lenta y, quizá por eso mismo, más peligrosa.
Véanla. Pero no digan que no se les advirtió



